“En Irak la Fe es más importante que la vida” Mons. Yousif Thomas

Nos acercamos a Kirkuk, territorio iraquí ocupado por los Peshmerga. Nos han alertado de la peligrosidad del lugar, nada de caminar por la calle, hay que ir en coche hasta donde hemos quedado con el arzobispo de los caldeos de Kirkuk, Monseñor Yousif Thomas Mirkis. Los atentados son frecuentes y el Daesh está muy cerca, en la ciudad hay varias células.

JAUME VIVES VIVES/-El arzobispo nos recibe en su casa, custodiada por varios policías iraquíes. Lo primero que nos dice es que “la juventud española debería estar más preocupada por lo que está pasando aquí y no vivir tan encerrada en sí misma. Hemos recibido ayuda de Francia, tanto a nivel político como eclesial, seguimos esperando la llamada tanto de los políticos como de la Iglesia en España”.

Para Mirkis el Daesh es algo parecido a los nazis, “antes marcaban a los judíos, ahora marcan a los cristianos”. Y no solo a los cristianos, también a otras minorías, “los yazidíes están sufriendo más que nosotros, hay más de 7.000 desaparecidos y más de 2.000 mujeres que a día de hoy son esclavas sexuales” dice el arzobispo.

Daesh tiene el 50% de Siria y un tercio de Irak. Más de 8 millones de personas están sometidas a su poder y Mirkis está convencido de que van a ser muchas más, dice que «esto solo es la punta del iceberg». Hace 4 meses hubo un periodista alemán que tuvo el permiso del Estado Islámico para grabar las entrañas de la organización terrorista, terminó su reportaje diciendo: “La situación es peor de lo que parece”.

Foto: Javi Carreras
Foto: Javi Carreras

Nos explica que cada mes el arzobispado se gasta 4.000$ en leche para los niños refugiados y más de 10.000$ en alquiler de viviendas para algunas de las familias desplazadas. “Sin la ayuda de los benefactores sería imposible hacer todo esto” asegura.

Este año muchos jóvenes refugiados han perdido la oportunidad de ir a la universidad porque en el Kurdistán las clases son en kurdo y no lo entienden. “El año que viene vendrán a Kirkuk que aquí se estudia en árabe y me preocupa cómo acogeremos a tantos jóvenes, necesitamos dinero e infraestructura”. La situación ya es difícil pero parece que lo va a ser todavía más.

La parroquia de Mirkis tiene prácticamente de todo. Hay un dispensario de medicinas, un pequeño laboratorio y una consulta médica con más de 40 doctores especializados. Cada viernes viene un médico de una especialidad diferente que atiende a los refugiados y los redirige al hospital que necesitan en cada caso. Todo totalmente gratuito. “Los voluntarios no solo son cristianos, de hecho la mayoría son musulmanes que tienen sus clínicas privadas y el viernes –que es su día de fiesta- se acercan a la parroquia para visitar a los refugiados” nos cuenta el médico que hay hoy, especializado en Dermatología.

Foto: Javi Carreras
Foto: Javi Carreras

En la parroquia también hay un teatro donde 3-4 veces al año se hace algún festival para que los chicos que vienen de partes de Irak ocupadas por el Daesh puedan superar el trauma que supone la migración y haberlo perdido todo.

Adjunta a la parroquia, y custodiada por varios policías, también hay una escuela donde 107 niños de 7 a 12 años reciben educación de forma gratuita. El policía que custodia el colegio saluda al obispo con varios besos en la mano y con un profundo respeto. Se nota el cariño que tienen aquí por su obispo. Mirkis no tiene ninguna intención de abandonar su tierra y está dispuesto a morir con su gente si es necesario. “Si nosotros nos vamos de nuestra tierra le estamos regalando Irak al Daesh” dice.

Monseñor Yousif llama a un ayudante suyo cuya función es la de ser enlace entre familias cristianas y sus captores para negociar la liberación. No quiere decir su nombre ni hacer púbico su rostro. Será el encargado de acompañarnos a una parroquia que acoge a varias familias cristianas, muchas de Sinjar, un pequeño pueblo de la Gobernación de Nínive que antes de la llegada de Estado Islámico tenía 40 familias cristianas, ahora ninguna.

Foto: Javi Carreras
Foto: Javi Carreras

Un sacerdote siro-ortodoxo que no tiene problema en aparecer en el documental pero que no quiere hacer público su nombre nos explica que conseguir huir de Estado Islámico fue un milagro. Nos pide que sepamos estar allí donde Dios nos ha puesto, que recemos por ellos y que seamos santos, que esto es lo importante. Algo parecido decía Mirkis: “Aquí, en Irak, lo tenemos muy claro, la fe es más importante que la vida”.

El sacerdote huyó junto con las demás familias de Sinjar el 3 de agosto de 2014. Las autoridades les dijeron que no se preocuparan, que todo estaba controlado, pero de repente les dejaron solos y Estado Islámico entró. Hubo varios raptos, asesinatos y violaciones.

Quienes más sufrieron fueron los yazidies. Muchos siguen desaparecidos. “Los cristianos y los judíos, al ser considerados por el Islam las religiones del libro, reciben, en teoría, un trato diferente: convertirse, pagar el impuesto o huir” dice el sacerdote.

También nos explica que todavía hay 4 cristianos de Sinjar secuestrados por Estado Islámico, el ayudante del obispo tenía contacto con sus captores pero en mitad de las negociaciones dejó de saber de ellos y se teme que estén muertos. No nos lo ha querido decir delante de todo el mundo pero es muy probable que estas 4 personas nunca más vuelvan a encontrarse con sus familias. Por ahora prefiere no dar la noticia a sus familiares, no están preparados.

Foto: Alfredo Panadero
Foto: Alfredo Panadero

Si los familiares de los secuestrados están sanos y salvos en Kirkuk es por que en su momento se pagó un rescate, aunque no nos han querido decir la cantidad, para que les liberaran. Sabemos que fue la iglesia local la que se encargó de todo.

La familia se encuentra a pocos metros de donde nos están explicando esta historia. Nos acercamos para conocerles, parecen muertos en vida. No sonríen, no hay esperanza en su mirada, no quieren hablar. Estado Islámico se lo ha robado absolutamente todo, también la sonrisa.

Han perdido todo lo que tenían por ser cristianos, han sido víctimas de una guerra que no va con ellos, de una persecución que ha acabado con todo, pero por sorprendente que parezca “nuestra fe ha crecido, hay gente que antes no rezaba y ahora sí” dice el sacerdote siro-ortodoxo.

Lo han perdido todo por ser Gنardianes de la Fe

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